ORIGEN DE LA EXPRESIÓN "COSTALERO MARICONA".
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"COSTALERO": se conoce con el nombre de costaleros a los hombres que, en la Semana Santa de Sevilla y por extensión de otras ciudades y pueblos, tienen la función de portar los pasos sobre los que procesionan las imágenes de culto de Cristo y la Santísima Virgen María. Etimología. La palabra costalero devira de la palabra Costal, saco grande empleado comúnmente para el transporte de grano o semillas, que el costalero utiliza de una determinada manera para mejor soportar sobre sus hombros el peso. Costal, del latín Costa, costilla.
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"MARICONA": Insulto vulgar, grosero, derivado del adjetivo Marica (del diminutivo de María - Mujer), referente a hombre afeminado. Se puede usar como insulto con contenido sexual o sin él. En este caso el contenido no es sexual, y se refiere a costaleros con falta de Clase, Categoría, Honor, Caballerosidad, Nobleza, Lealtad, Valentía, Rectitud, Honradez, Franqueza, Saber estar, Integridad, Pundonor, Hidalguía, .... Es decir, lo que se entiende por Rata, Rastrero, Basura, Infame, Innoble, Vil, Ruín, Bajo, Abyecto, Despreciable, Ignominioso, Indigno, ... De aquí la expresión, "Se puede ser maricón, pero no maricona".
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Por tanto, la expresión "Costalero Maricona", es una incongruencia, pues el ser COSTALERO conlleva ser todo lo contrario a ser Maricona. No obstante se conocen algunos casos, como el que se relata a continuación. Lo que sigue está basado en hechos reales. Se han omitido los nombres y lugares. Ningún animal sufrió daños.
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Aquel año no sería un año normal. El cambio de capataz se consumó como se esperaba. De todas las posibles alternativas, la Hermandad optó por, al parecer la más cómoda aunque no la mejor. No siempre es cómodo para una Junta de Gobierno tener como responsable de sus pasos a un Capataz con todas sus letras.
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No obstante, el nuevo "capataz", con buen tino, decidió comenzar a igualar y a ensayar cuando todavía no había salido la Reina de las Glorias. Así fué, como con buena intención, comenzó la igualá, como se supone que una igualá debe ser, desde el más alto al más bajo. Pero claro, ya sabemos en qué puede derivar esta técnica de igualar. Y como dice el gran MURPHY, cuando algo malo puede ocurrir, sucede. Un amiguete del "capataz", aquel a quién Dios marcó en la frente con la palabra "PATERO", por su altura no igualaba donde siempre había ido. Qué raro, nadie se había dado cuenta antes. Y claro, así pasó de estar en "su" pata a ocupar el para él indigno costero de segunda.
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Es en estos casos cuando el gen del "Costalero Maricona", sale a relucir. Cuando en su abyecta cabecita se fragua la idea de "yo tengo que ir ahí delante, en esa pata, sea como sea". Y claro, como buen rastrero y ruín, el "Costalero Maricona" siempre elige el camino más corto. Desde ese momento decidió atacar el trabajo del compañero que había tenido la "osadía" de ocupar "su" pata, indicando al "capataz" las tremendas "deficiencias" de aquel "chaval". No hace falta explicar la cantidad de cositas que se le puede hacer a un patero desde el costero de segunda.
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Pasaban los ensayos y el "Costalero Maricona" no cejaba en su empeño. Si predecir las ruindades que pueden llegar por la espalda (de segunda a primera) es complicado, más difícil aún es si el daño colateral pasa por ser un costalero tan noble que en su gran corazón no cabe un ápice de maldad.
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Al final pasó lo que tenía que pasar en este mundillo repleto de mariconas, el "capataz" y su amiguete el "Costalero Maricona" recuperaron el status deseado, no sin antes humillar al daño colateral, porque ya se sabe, "es facultad de "el grande" humillar al pequeño".
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Concluida la historia y una vez leída, tú, "Costalero Maricona", protagonista de este relato o de cualquier otro, te habrás reconocido, porque hasta vosotros teneis conciencia aunque raramente os acordeis de ella.
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Y tú, que tienes la dicha de ser COSTALERO sin más, leyendo esta historia habrás reconocido a buen seguro a esos "Costaleros Mariconas" que te rodean, a esos para los que desde aquí reclamo algo que por desgracia está cayendo en desuso, su merecida CURA DE HUMILDAD.