Muchas personas no entienden nuestra pasión por esta fiesta.
Muchos te echan en cara el poco sentido religioso, que parece ser, tiene hoy día nuestra Semana Santa.
Para mi, entre otras muchas cosas, la Semana Santa son recuerdos.
Mis recuerdos son de tardes de Jueves Santo en la calle Escoberos.
Tardes donde intentaba dormir junto a mi padre.
Tardes de túnicas de lana merino y antifaz verde esperando lucirse por las calles de Sevilla.
Tardes de escuchar a los armaos y verlos pasar desfilando desde el balcón de casa de mis abuelos.
Noche corta, que empezaba en la Basílica y terminaba en Feria.
Mañanas de emociones, esperando a mi padre en la Plaza de los carros.
Mañanas de Feria, Relator, Parras, Escoberos, Arco y Basílica
Mañanas con el Señor de la Sentencia y armaos despidiéndose tras una mágica Madrugá.
Mañanas de verla llegar. Lágrimas en hombres de todas las edades, ante la mirada de asombro de un niño que intenta comprender.
Mañanas de verla despedirse de Sevilla en su atrio, al son de Pasa la Macarena, Coronación o Esperanza Macarena.
Son 32 años... ya y sigo recordando aquellas Madrugás como las mejores de mi vida.