RINCONES DE SEVILLA Iº

Vivir en una Ciudad como Sevilla es algo que Dios nos regaló al nacer y por lo cual debemos estar permanentemente agradecidos. Aquí tenemos el inmenso gozo de poder disfrutar de algo tan mágico como es la Semana Santa, que se desarrolla en el mejor escenario jamás soñado, Sevilla.
Es por esto, que esta Ciudad no sólo encierra las impresionantes obras artísticas que impactan a la gente de color rosa salmón que la pueblan por oleadas con cámara en ristre, sino que también guarda dentro de Ella millones de rincones particulares que recogen miles de recuerdos de los cofrades sevillanos.
Es ahí donde se me ocurre abrir esta entrada, que continuará con otras tantas y que serán mías o del que quiera compartir con los demás sus cosillas.
Para esta primera os traigo este rinconcito del Barrio de Arenal…..

Se trata del azulejo de la Esperanza de Triana que hay en la Calle Pastor y Landero, en la esquina del Mercado del Arenal, lo que se conocía antiguamente como “El Pópulo”, donde estaba la cárcel, lugar que evocó la preciosa Marcha “Soleá dame la mano”.
Bien pues este lugar pequeñito, tiene para mí un montón de sensaciones encerradas, que tengo la suerte de revivir cada vez que lo cruzo. Así, siempre que paso por allí me santiguo ante la Virgen y al momento me encuentro en esa mañana de Viernes Santo de mi infancia, cuando recién amanecido el día me disponía a disfrutar de las Cofradías, de la mano de mi Madre. Con un cartucho de calentitos que mi Padre había comprado en un puesto del Puente, se acercaba el momento de ver a la morena de Triana de vuelta para su Barrio.
Aún quedaba mucho por disfrutar, ya que después iríamos a ver la cofradía de los Gitanos subiendo la Cuesta y a la Calle Feria, claro. Que espectáculo para un niño el desfile de plumas, para ver después a la Virgen ya con la cera baja. Cada año me decía mi Madre al verla pasar: “mira la cara de cansá que trae, es que lleva to la noche por ahí y ya va de vuelta pa su casa” y eso creaba todo un universo dentro de mi cabeza.

Después, ya sin prisas,nos íbamos para Triana, que a mi Madre siempre le ha tirao mucho “la Trianera”, como ella siempre la llama….
En fin,todo un cúmulo de recuerdos encerrados en una esquinita, algo que seguro sucede para cada sevillano por muchos otros lugares…….