viernes, 30 de marzo de 2012

SUEÑO DE UNA MAÑANA DE VERANO

Aquella Mañana de Agosto se despertó como cualquier otra, con el hastío de lo que dejaba a su paso la que en los medios de comunicación se había anunciado como "Ola de Calor Africana". Era demasiado temprano para levantarse, pero las sábanas no eran ya la mejor compañía a esos treintaitantos grados que hacían presagiar una dura jornada en la Ciudad. Distinto hubiera sido compartir aquel calor con el tío del chiringuito en su frenético servir de fresquitas y raciones de pescaito fresco frito, a la forma que mandan los cánones del sur.

El día fluía lento, como si el ambiente enrarecido por la caló afectara por igual a todo aquello que le rodeaba. Nada le invitaba a esperar que la monotonía estival variase más que su atuendo. El olor a café recien hecho despertó su primer sentido. Casi podía saborearlo. La mirada, perdida en el humo de la cafetera parecía querer llevarlo a otra lugar, a otro momento. Sin saber cómo, en aquella mañana tan lejana de todo, la primavera fue invadiendo la estancia. De repente, con el primer sorbo, comenzó a soñar despierto, y en sus sentidos florecieron aquellos días en los que su Ciudad se convertía, como por arte de magia, en el espectáculo más hermoso, con los protagonistas mejor elegidos y los escenarios más cuidados. ¿A caso era cierto, o era la falta de descanso la que hacía que pensará que hay un tiempo del año en que todo eso se sucedía?

Cuánta perfección en el recuerdo. Cómo alguien pudo algún día soñar crear tanta maravilla. Parecía ciertamente una quimera pensar en una Ciudad donde las calles tienen la medida justa, el olor perfecto, el público más atento y la mejor obra a desarrollar.

Así, deseó la llegada de esos días con todas sus fuerzas para poder comprobar la autenticidad de sus recuerdos. Pero todo estaba tan lejano. Demasiado lejano. Sólo pudo consolar tanta necesidad acudiendo a las imágenes, a los sonidos, a los olores, que constatan que aquello que anhelaba era cierto, que hay unos días en que su Ciudad muestra sin vergüenzas la verdad de su identidad más primitiva.

Pero aquello era del todo insuficiente para tanta inquietud como sentía. Entonces, de pronto, algo vibró en su interior al darse cuenta del día de la semana que era. No había caído en la cuenta, ya que las cortas vacaciones que disfrutaba le hacían pensar que cada día era igual que el anterior, sin compromisos claros que los distinguieran entre ellos. ¡¡ Era VIERNES!!! Tan sólo tenía que esperar unas horas para encontrarse con sus amigos a medio día. Unos amigos que la suerte había puesto en su camino. Unos amigos con los que podía compartir, entre las muchas cosas que va dejando la vida en su día a día, ese sentimiento constante de amor por esa “Semana de la Vida”. Era realmente afortunado, sí.

Con esa sensación se tranquilizó y, al igual que esperaba las horas que restaban hasta el medio día, se decidió también a aguardar a ese otro Viernes del año en el que todo se prepara para suceder con la mayor naturalidad del mundo. Y prometió saborear cada detalle del próximo Viernes de Dolores, para no dudar jamás de esa realidad, aunque los días lo alejasen de ella.

4 comentarios:

Monchi dijo...

Entrada a medias con Romanilla.
Feliz Semana Santa a todos.A disfrutar.Nos vemos pr las calles

ROMANILLA dijo...

Idea by Monchi.

Sea pues. A cargarnos los sentidos de recuerdos para que afloren cuando los necesitemos. Disfruten hermanos.

Hoy Muchos Besos.

chico dijo...

preparados listos yaaaaa!
a darlo todo en cada chicota. va por todos y esos detalles que cada uno de nosotros tenemos muy dentro. familia, llueva hago sol frio o calor, los mas de 17 que somos tiremos fuerte para arriba.
os quiero

Trianeando dijo...

Empieza todo .......,
Felices Sueños Hermanos !!
Os quiero.

Una Barca de Besos.