Hay dos tipos de cofrades, los penumbras que desde agosto te están diciendo "prepárate para Semana Santa que las cabañuelas dan agua", y aquellos que su "optimismo" les lleva a negar la evidencia.
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El Jueves Santo las nubes estaban jugando con nosotros, aquello parecía "Mosca", uno mirando para la parte azul del cielo y las nubes dándonos por el otro lado. Ahora llovía, ahora salía el sol, ahora llovía, ....., y la Calle Feria se llenó de Sevilla, y Monte-Sión se echó a la calle.
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Cuando salimos del primer relevo el cielo daba miedo, alguien nos dijo, "increíble, ha chispeado en la salida y nos hemos ido para la calle, increíble". Algo se había cocido en la sombra y nosotros no sabíamos qué, pero estaba claro que aquello no era normal en Feria 29.
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Y es que la Batalla por el Jueves Santo se había iniciado un año atrás, cuando un Hermano de Monte-Sión al que hemos visto crecer y que ya nos ha visitado algún que otro viernes, fue elegido por los dioses para convertirse en nuestro Adalid, nuestro Cid, nuestro Aragorn, nuestra Agustina de Aragón, nuestra Juana de Arco, nuestro Napoleón, nuestro William Wallace, nuestro Garibaldi, nuestro Frodo, nuestro John Wayne, .....
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Mejor aún, fue nuestro CAPITAN JACK SPARROW, porque utilizó la inteligencia, la poca vergüenza y la persuasión, en lugar del porque sí.
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Cuando nuestro Pirata conoció en el foro cofrade a un CRACK que siempre acertaba con sus pronósticos meteorológicos, se dió cuenta que tenía en sus manos el arma secreta que nos llevaría a la victoria.
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Este arma secreta, latente desde meses atrás, puso los cimientos de la victoria el Miercoles Santo allá por San Martín, cuando con información privilegiada directamente llegada del Crack, nuestro Pirata comentó al Hermano Mayor de Monte-Sión que habría un claro en la tarde pero que con la noche volvía el agua. Cuando este pronóstico, contrario al del INM que no daba ninguna tregua, se confirmó, comenzó a cambiar el rumbo de la historia. Teníamos un Hermano Mayor que quería creer.
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Nuestro Pirata mantuvo contactos durante toda la mañana del Jueves Santo con el crack y éste le tranquilizaba diciéndole que a partir de las seis de la tarde el riesgo de lluvia era mínimo. Esto había que hacerselo saber a la Junta de Gobierno, pues, como era de esperar, Meteorología lo veía todo como la túnica del Silencio.
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Y como hasta el propio Santo Tomás tuvo que ver para creer, al Pirata no se le ocurrió otra cosa que levantar del almuerzo al Crack y traérselo para la Calle Feria. ¿Os imaginais a este Crack, ordenador en mano, explicándole a la Junta de Gobierno de Monte-Sión cómo la evolución de los modelos meteorológicos aconsejaban salir? ¿Os imaginais un despacho lleno de gente recordando el Jueves Santo 07, sin lluvia y con la cara doblá? ¿Os imaginais al personal pensando por qué no había aparecido este hombre un año antes? ¿Os imaginais las sonrisas en la cara de aquellos que estaban ansiosos por creer?
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Y es que una cosa es creerte lo que te dicen por teléfono unos meteorólogos que desde lo que le ocurrió a Pasión se la cogen con papel de fumar, sin mencionar las presiones que puedan recibir desde otros organismos e instituciones; y otra muy distinta que alguien te haga ver la realidad con la fuerza de las imágenes.
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Esta es la historia de cómo el Jueves Santo del 2008 vimos la luz cuando lo teníamos todo perdido.